domingo, 14 de febrero de 2016

Recaída

¿Que hago yo un domingo a las 6 de la tarde navegando por Internet?. ¿no tengo otra cosa mejor que hacer? Quizá en este momento no y me ha venido a la cabeza echar un vistazo en las páginas del alcohol pensando sobre que escribir hoy, y me he encontrado en que hay muchos diarios, blog etc, contando la experiencia personal de muchas personas y me ha chocado este entre todos los que son similares y que escribe lo siguiente:

Ayer recaí, cogí una borrachera y volví a fumar. Espero que este tropiezo no merme mi objetivo final. Trataré de ser mas fuerte y dejar este vicio.
Eso de juntarme con amigos borrachos no deja nada bueno.



El objetivo final es no beber y no parece que con su reflexión tenga muchos deseos de dejarlo.
TRATARÉ no es algo que entre en el pensamiento de una persona que no quiere beber, realmente no son necesarias o inevitables las recaídas, es inevitable darte con el martillo en el dedo clavando un clavo si no sabes clavarlo. Seguro que te das y siempre en el mismo dedo.

Si se siguen los pasos que se dan en la terapia, medicación, asistencia a los grupos y no beber, seguro que no hay recaídas, Pero primero pregúntate: ¿quieres dejarlo? o prefieres esperar a romper lo poco que te pueda quedar, a quedarte solo, a lamentarte por lo que tenías y ya no tienes, o lo que es peor hacer uso de ese seguro que tantos años llevas pagando y no le das uso: ¡¡¡con lo bonita que es la caja!!!

Por si solo es muy difícil salir pero no imposible. ¿Por qué no buscas ayuda? Por vergüenza, porque yo bebo pero poco, porque estos no saben lo que dicen, porque mi familia esta contra mí, porque mis amigos se han vuelto raros ya no saben divertirse -con las juergas que nos hemos corrido-  cuantos por qués tenemos que buscar para decidirnos, 

Hay centros que nos ayudan, que ponen su propia experiencia para que comprendamos y entendamos, pero vamos con miedo: ¿que será este sitio para dejar de beber?  ¿estarán todos borrachos tirados por el suelo?, sin embargo no nos da vergüenza ir por la calle aunque se nos quedan estrechas, o regándolas con el néctar bebido, o conducir nuestro coche que de repente se ha convertido en un Ferrari

No pasa nada en esta sociedad, es normal celebrarlo todo bebiendo  por cualquier circunstancia. Me caso: a beber, me separo: a beber, me han despedido: a beber, he discutido con mi mujer: a beber, llueve: a beber.  Esas son las cosas que hace nuestra sociedad mezquina y es en gran medida nuestra pauta educativa y yo creo que mi postura también es un extremo, sin embargo merece la pena probarla como un traje a ver cómo nos queda, no hay nada verdaderamente valioso que se pueda obtener sin esfuerzo nada absolutamente nada.


Las respuestas a tus preguntas no las tengo yo si no tú.   Las respuestas las encontrareis en vosotros no en los amigos, ni en los libros.  En ti, sólo en ti. El tesoro esta en , en ningún otro lugar. Sólo tú sabes si la terapia te sirve. Esta respuesta es solo válida para ti, nos hemos pasado la vida buscando a alguien que nos dijera lo que está bien o mal, buscando a otros para mirarme a mí mismo, buscando fuera lo que realmente tenemos dentro. La terapia es una guía para buscar en el lugar correcto de uno mismo,  aprende a clavar el clavo, te lo agradeceremos todos,  pues tu dolor lo comparten los que te quieren, quizá más allá, ya  que ellos ven nuestra autodestrucción mientras nosotros nos anestesiamos.

La siguiente reflexión es parte de un cuento de Jorge Bucay

El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca  desde muy, muy pequeño. 
Cerré los ojos y me imagine al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse, y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE.
 Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
 Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. 
Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...  

3 comentarios:

En breve publicare tu comentario, agradecemos tu colaboración.
Gracias