Los desfases sexuales del alcoholismo
Una droga
muy común en los espacios de ocio nocturno es el alcohol. La relación entre
esta droga y los abusos
sexuales ha existido desde años atrás, por esta razón
la Fundación de Salud y Comunidad puso en marcha una
iniciativa para su estudio
hace 15 años. El proyecto Noctambul@s es también reconocido como el
Observatorio
cualitativo que estudia la interacción entre la violencia de
género y las drogas.
El trabajo financiado por el Plan Nacional sobre Drogas, presentó un primer proyecto en 2014 y los nuevos
resultados de la segunda fase
de observación de 2014-2015 se han puesto de manifiesto en la última jornada
«Reto en la intervención frente a las violencias sexuales contexto de ocio y
consumo de drogas»,
que tuvo lugar Madrid el 23 de febrero.
Seis conclusiones
sobre los efectos de las drogas y las agresiones sexuales:
Las drogas
despiertan la violencia sexual.
Esta
evidencia se debe al incremento de mujeres agredidas sexualmente por el consumo
de drogas en el
contexto europeo.
Las
agresiones sexuales premeditadas son minoritarias.
En España
la mayoría de las agresiones sexuales se producen con una persona inconsciente,
como víctima
debido al consumo voluntario de sustancia que comúnmente es el
alcohol.
La alarma
de la «sumisión química» relaciona de nuevo el consumo de sustancias y las
conductas violentas.
Aunque el
consumo previo de sustancias pueda detonar relaciones sexuales con violencia,
es relevante señalar
que la violencia sexual encuentra sus raíces en el sexismo
y en la cultura sexual de hombres y mujeres.
El consumo
de drogas no convierte a los hombres en agresores sexuales en potencia ni a las
mujeres en
víctimas.
Según el
informe, sí así fuera, las mujeres que también consumen también agredirían
sexualmente. De esta
forma, no se puede crear la relación de ficción de consumo
de sustancias y agresiones sexuales.
La
violencia sexual es uno de los principales riesgos que tienen las mujeres
cuando salen de fiesta.
Las mujeres
consumen tanto como los hombres cuando salen a divertirse pero el efecto de
este consumo no
está relacionado con los mismos efectos, por está razón los
riesgos son muy diferente entre ellas y ellos.
Los
discursos preventivos deben redirigirse urgentemente hacia chicos jóvenes.
La mayoría
de las campañas preventivas son dirigidas a chicas jóvenes para que controlen
su comportamiento,
pero pocas van destinadas a los chicos para que tomen una
postura ética y no sexista en contextos de ocio
nocturno.