martes, 5 de abril de 2016

Silencio




Silencio

No digas nada. No preguntes nada
No interrogues si no es con la mirada
Y que un silencio sin fin sea tu escudo
Y a la vez tu más afilada espada.

Si te caes  diez veces te levantas
Otras diez, otras cien u otras quinientas.
No han de ser tus caídas tan violentas
Ni tampoco, por ley, han de ser tantas

No te des por vencido, ni aun vencido.
No te sientas esclavo, ni aun esclavo
Lleno de pavor, créete bravo
Y ataca con valor, embravecido

Ten el tesón del clavo enmohecido
Que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo
No la cobarde estupidez del pavo
Que amina su plumaje al menor ruido

Los que vierten sus lágrimas amantes

sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;



Los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos,... ¡sobrantes!



¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos!
¡Nunca sigas impulsos compasivos!
¡Ten los garfios del alma siempre activos
los ojos del juez siempre despiertos!


                                                  ¡Y al echarte en la caja de los muertos,
                                                    menosprecia los llantos de los vivos!



Gracias Manuel esperamos mas aportaciones como esta preciosa poesia.

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