¿Que hago yo un domingo a las 6 de la tarde navegando por Internet?. ¿no tengo otra cosa mejor que hacer? Quizá en este momento no y me ha venido a la cabeza echar un vistazo en las páginas del alcohol pensando sobre que escribir hoy, y me he encontrado en que hay muchos diarios, blog etc, contando la experiencia personal de muchas personas y me ha chocado este entre todos los que son similares y que escribe lo siguiente:
Ayer recaí, cogí una borrachera y volví a fumar. Espero que este tropiezo no merme mi objetivo final. Trataré de ser mas fuerte y dejar este vicio.
Eso de juntarme con amigos borrachos no deja nada bueno.

El objetivo
final es no beber y no parece que con su reflexión tenga muchos deseos de
dejarlo.
TRATARÉ no
es algo que entre en el pensamiento de una persona que no quiere beber,
realmente no son necesarias o inevitables las recaídas, es inevitable darte con
el martillo en el dedo clavando un clavo si no sabes clavarlo. Seguro que te
das y siempre en el mismo dedo.
Si se siguen
los pasos que se dan en la terapia, medicación, asistencia a los grupos y no
beber, seguro que no hay recaídas, Pero primero pregúntate: ¿quieres dejarlo? o prefieres esperar a romper lo
poco que te pueda quedar, a quedarte solo, a lamentarte por lo que tenías y ya
no tienes, o lo que es peor hacer uso de ese seguro que tantos años llevas
pagando y no le das uso: ¡¡¡con lo bonita que es la caja!!!
Por si solo
es muy difícil salir pero no imposible. ¿Por qué no buscas ayuda? Por
vergüenza, porque yo bebo pero poco, porque estos no saben lo que dicen, porque
mi familia esta contra mí, porque mis amigos se han vuelto raros ya no saben
divertirse -con las juergas que nos hemos corrido- cuantos por qués tenemos que buscar para
decidirnos,
Hay centros
que nos ayudan, que ponen su propia experiencia para que comprendamos y entendamos, pero vamos con
miedo: ¿que será este sitio para dejar de beber? ¿estarán todos borrachos
tirados por el suelo?, sin embargo no nos da vergüenza ir por la calle aunque
se nos quedan estrechas, o regándolas con el néctar bebido, o conducir nuestro
coche que de repente se ha convertido en un Ferrari.
No pasa nada
en esta sociedad, es normal celebrarlo todo bebiendo por cualquier
circunstancia. Me caso: a beber, me separo: a beber, me han despedido: a
beber, he discutido con mi mujer: a beber, llueve: a beber. Esas
son las cosas que hace nuestra sociedad mezquina y es en gran medida nuestra
pauta educativa y yo creo que mi postura también es un extremo, sin embargo
merece la pena probarla como un traje a ver cómo nos queda, no hay nada verdaderamente valioso que se pueda
obtener sin esfuerzo nada absolutamente nada.
Las
respuestas a tus preguntas no las tengo yo si no tú. Las respuestas las
encontrareis en vosotros no en los amigos, ni en los libros. En ti, sólo
en ti. El tesoro esta en tí, en
ningún otro lugar. Sólo tú sabes si la terapia te sirve. Esta respuesta es solo
válida para ti, nos hemos pasado la vida buscando a alguien que nos dijera lo
que está bien o mal, buscando a otros para mirarme a mí mismo, buscando fuera
lo que realmente tenemos dentro. La terapia es una guía para buscar en el lugar
correcto de uno mismo, aprende a clavar el clavo, te lo agradeceremos todos, pues tu dolor
lo comparten los que te quieren, quizá más allá, ya que ellos ven nuestra autodestrucción mientras nosotros nos
anestesiamos.
La siguiente reflexión es parte de un cuento de Jorge Bucay
El elefante del circo
no se escapa porque ha estado atado a una estaca desde muy, muy
pequeño.
Cerré los ojos y me imagine al
pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de
que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse, y a
pesar de todo su esfuerzo, no pudo.
La estaca era
ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que
se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al
otro y al que le seguía... hasta que un día, un terrible día para su
historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme
y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que
NO PUEDE.
Él tiene registro
y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después
de nacer.
Y lo peor es que
jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... jamás...
intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
Nos cuesta comprender
ResponderEliminarGracias por la publicación blog
ResponderEliminarPuedes comentar sobre como actuar con los jovenes
ResponderEliminar